El investigador sajeño Francisco José Iborra Rodríguez ofreció la conferencia “¿Es el cáncer una enfermedad genética, metabólica o ambas cosas?”, dentro del ciclo denominado Los lunes son de la UNED, en el edificio de la Ficia ubicado en el Museo del Calzado de Elda, el pasado 10 de mayo. Siendo esta la ultima de las conferencias de este extraño curso académico, que  continuarán a partir del mes de noviembre.

En esta ocasión la ponencia estuvo dedicada a un tema “tabú”: el cáncer, una palabra de seis letras tras las cuales se esconden verdaderos dramas, enormes sufrimientos y un profundo dolor. Una enfermedad despiadada que no entiende de sexos, de edades o de razas y que cualquiera, a lo largo de su vida, puede ser víctima de este terrible mal. Fue una conferencia interesante, amena y muy bien documentada por parte del ponente que explicaba, con meridiana precisión, el estado actual de las investigaciones y aportó datos muy concretos sobre la incidencia de la enfermedad en nuestro país.

La asistencia a la misma fue muy positiva, pues debido a las actuales restricciones sanitarias frente al Covid-19 y la limitación del aforo, sólo pudieron seguirla presencialmente unas 70 personas, además de otras 45 que seguían el acto con interés de forma on-line ya que fue emitido a través de una plataforma digital. El acto fue presentado por Gabriel Segura Herrero, Cronista oficial de la Ciudad y profesor de la UNED de Elda, amigo personal del ponente y que puso en valor los muchos méritos, tanto académicos como científicos, del Doctor Iborra.

Francisco José Iborra destacó que, durante décadas el cáncer se estudió como una enfermedad genética que, sin duda algo tiene, pero en la actualidad se sabe que el origen de esta enfermedad es múltiple, pues la célula tumoral presenta alteraciones que la hacen singular por lo que es necesario que, dados esos múltiples orígenes, su estudio debe abordarse desde un punto de vista multidisciplinar por lo que se mostró muy favorable a los tratamientos personalizados, ya que las transformaciones celulares que tiene un paciente pueden ser completamente diferentes de otro. Además, señaló que una dieta adecuada y unos hábitos de vida saludables pueden ayudar a reducir la incidencia del cáncer.

Francisco José Iborra es sajeño y estudió Ciencias Biológicas en la especialidad de Bioquímica en Universidad de Valencia después de cursar el Bachillerato en el IES Azorín. Hizo la Tesis en el Centro de Investigación del Hospital la Fe de la misma ciudad y en el año 1995 se marchó a la Universidad de Oxford, donde trabajó como investigador postdoctoral durante 8 años en el departamento de Patología. En 2003 comenzó su carrera como investigador independiente en el Instituto de Medicina Molecular en la Universidad de Oxford y en el año 2010 se incorporó como científico titular al Centro Nacional de Biotecnología en Madrid (CSIC). A principios del año 2020 trasladó su laboratorio a la Unidad Asociada del Centro de Investigación Príncipe Felipe del Instituto de Biomedicina de Valencia, donde continúa trabajando actualmente.

Este doctor en Biología fue nombrado miembro de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana en 2014, cuya dirección decidió desplazarse desde su sede habitual, en la Facultad de Medicina de Valencia, al Hospital del Vinalopó ubicado en la ciudad de Elche, en el que el científico sajeño trabajaba, con el fin de poner de manifiesto la importancia del desarrollo de proyectos de investigación biomédica en el campo de la Medicina.

Hoy en día, Francisco tiene un reto intelectual, la emoción de descubrir cómo funcionan las células. Una cosa que no engancha a todo el mundo, pero que a mí me motiva continuamente es la incertidumbre de saber qué haré mañana y no tener ni idea de que pasará pasado mañana.

En mi laboratorio tenemos varias líneas de investigación. Una a la que venimos dedicando más esfuerzo es entender porqué células tumorales que son genéticamente idénticas responden de manera diferente a los tratamientos terapéuticos. Este es un problema muy importante en oncología, ya que las células que resisten al tratamiento pueden regenerar un tumor años después de haber sido tratado el paciente” concluía el investigador sajeño, Francisco José Iborra.

 

 

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