La inauguración del ferrocarril Madrid-Alicante el 25 de mayo de 1858 por la reina Isabel II, acompañada de la Familia Real, supuso para Sax y comarca el comienzo del crecimiento económico y demográfico que caracterizó la segunda mitad del siglo diecinueve, al facilitar los viajes y la exportación del vino a través del puerto de Alicante.
Para acceder desde el núcleo urbano de Sax a la estación del ferrocarril había que cruzar el río Vinalopó por el puente Picayo Y para llegar a la estación había que salvar otro obstáculo natural, la rambla de La Torre. Por este motivo se edificó en 1867 el “puente de Lucas” o puente de la Estación.
El puente es una sólida construcción de sillares, formando un arco de medio punto, en cuya clave se halla la fecha de su construcción. En ambos lados del arco hay sendas pilastras adosadas de ladrillo que suben hasta los pretiles del puente, el cual tuvo como modelo el construido en 1843 en el puente Picayo, con dos ojos formados con arcos de medio punto.
Se trata de una obra funcional para cruzar con facilidad este tramo de la rambla de la Torre en el camino hacia el ferrocarril que, en aquellos años y décadas posteriores, fue el principal medio de comunicación de Sax.
La fecha exacta de su construcción, en julio de 1867, la conocemos con certeza por la siguiente inscripción, que se encuentra en la cara sur del puente:
»Se construyó
del 16 al 30 de julio
por los generosos
contribuyentes
de esta noble villa
siendo alcalde
D. Joaquín Alpañés.
Año 1867″.
A partir de la inauguración del ferrocarril en 1858 y de la construcción del “Puente de Lucas” en 1867 para salvar la rambla de La Torre en el camino desde el puente Picayo a la estación (actual calle Luis Barceló Santonja), los solares de ambos lados del trayecto se fueron poblando con bodegas y almacenes de los principales propietarios sajeños y comerciantes franceses, como los Ribeill y los Gaubert, para aprovechar la cercanía a la estación a la hora de exportar la producción de vino local hacia el puerto de Alicante.