El camionero sajeño Manuel Pérez que ha pasado varios días incluida la Navidad atrapado en distintas carreteras del Reino Unido, ya están en casa, donde sí ha podido comerse las uvas de Nochevieja junto a sus seres queridos.
Con llantos de alegría y emoción por la rabia contenida, entre aplausos y sobre todo en medio de muchos abrazos. Así fue recibido el miércoles 30 de diciembre en Sax por su mujer e hijos y resto de la familia en su domicilio tras esta larga odisea de casi diez días, en la que ha habido momentos en los que no ha tenido acceso a lo más básico: agua potable, baños o aseos.
“Y es que el sufrimiento por la ausencia, la lejanía y la impotencia por no poder hacer nada, ha sido mucho en los días previos” así lo declaraba Manuel Pérez, el pasado día 26 de diciembre en los micrófonos de Radio Petrer, en el programa de Pablo Carrillos, que en ese momento estaba en los estudios con José Vicente Vaquer, presidente de la Mayordomía de San Blas, y nuestro compañero de Sax Digital, Enrique Camilo.
No poder celebrar la Noche Buena, Navidad y sobre todo el día del Cabildo en Sax, «ha sido uno de los momentos mas tristes de mi vida y las lágrimas de alegría, de poder llegar a casa, aunque sea tarde compensan con creces las jornadas de tristeza que nos hemos tenido que tragar durante todos estos días«, indicaba el propio Manuel Pérez, quien añadió que «la peor parte se la ha llevado mi familia quienes que notado mi ausencia, al no saber cómo estaba y hasta cuándo no podría llegar”.
La historia de este camionero sajeño se inició en la noche del sábado 19 de diciembre, cuando el Gobierno francés decidió cerrar sin previo aviso su frontera con el Reino Unido para evitar la propagación de la nueva cepa del coronavirus detectada los días previos en las Islas Británicas.
El cierre sorprendió a Manuel Pérez, en suelo británico, donde había viajado para llevar Naranjas desde Valencia, y el sábado 19 de diciembre quedo aparcado en el área de servicio a 70 kilómetros del Eurotúnel y a 85 del puerto de Dover. Y esa noche comenzó su pesadilla, así como la de otros transportistas españoles los cuales quedaron literalmente atrapados en las cunetas de las carreteras inglesas con sus camiones.