Se empiezan a escuchar las primeras notas de pasodobles, el ambiente festivo en las comparsas crece y poco a poco va llegando esa mezcla de emociones que a los sajeños nos invaden conforme se va acercando el día. Año tras año, la figura del pregonero consigue con sus palabras que nuestras costumbres, sentimientos y devoción por la fiesta y por San Blas traspasan fronteras. Este año el pregonero de nuestras queridas fiestas fue Blas Miguel Mataix Melero, de la Comparsa de Alagoneses. El pregón tenía lugar el pasado 18 de enero en el Teatro Municipal Cervantes de Sax, junto con la proclamación de cargos festeros y daba inicio a la cuenta atrás para nuestras fiestas.
Texto del pregón de las fiestas de Moros y Cristianos de San Blas del año 2020, a cargo de Don Blas Miguel Mataix Melero.
En ocasiones las musas de la inspiración nos abordan en los lugares más insospechados: durante un vuelo, en el tren, haciendo deporte, en la sala de espera de un Hospital, escuchando al párroco en una Misa o disfrutando de un almuerzo en la Comparsa. Llevar bolígrafo y papel en ese momento, o las tecnologías actuales, nos permiten recoger esas ideas para luego desarrollarlas. Gran parte de este discurso se ha escrito desde mi teléfono móvil, y en tantos lugares como los que ya he nombrado, pero también en otros tan lejanos a Sax como Atenas, Grecia. ¡Cómo ha cambiado el mundo! ¿Verdad que sí? Y, sin embargo, las personas que estamos aquí y los actos que vamos a celebrar, y que hoy pregonamos, se empeñan en mantener tradiciones centenarias con las mínimas variaciones. ¿Por qué? ¿Para qué hacemos esto? Se atribuye a Albert Einstein la frase «si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Y aquí estamos nosotros un año más, empeñados en demostrar a este señor Einstein que esto también es relativo, porque seguir manteniendo tradiciones en un mundo tan cambiante, es un gran reto que nos obliga a ser dinámicos y permeables a la innovación. Aunque no es un nuevo reto, ya que las sociedades modernas siempre han estado sometidas a estas luchas entre modernidad y tradición. Sobre estas cuestiones me gustaría sembrar unas pinceladas para la reflexión en ustedes, y en quienes nos escuchen a través de los medios de comunicación.
Nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, las Fiestas de San Blas, no siempre han sido tal y como las conocemos actualmente. Basta con revisar los programas del siglo pasado para comprobar que no siempre han durado los mismos días, que los actos han cambiado de horario, de recorrido, o incluso de forma de realizarlo, como por ejemplo el Cambio de Capitanes que hasta los años 70 se realizaba con salvas de arcabucería. ¡Qué locura! ¡Un día más de tiros! No sé cómo lo podríamos hacer hoy en día con tantas trabas burocráticas y con el precio de la pólvora, el nuevo «oro negro». A quien corresponda: somos Festeros, esta tradición centenaria hay que protegerla. El festero debe tenerlo más fácil.
Pero volviendo a los cambios en la Fiesta de San Blas, podemos afirmar que hay algo que se mantienen inalterable al paso del tiempo, y es precisamente eso: la devoción a San Blas.
Ser Capitán debe ser entendido como una ofrenda al Santo, por algo que pedimos, por algo que agradecemos y celebramos, por él. Capitanes 2020, vuestra aventura empezó cuando tomasteis las banderas de vuestras comparsas el día 5 del año pasado, de mano de vuestros antecesores, hoy aquí presentes, quienes antes hicieron lo mismo; y lo confirmasteis el día del Cabildo. Y ya tenemos a otra nueva hornada de Capitanes preparados para sucederos en la recta final de las Fiestas que vamos a celebrar. Un ciclo sin fin. Todo realizado ante San Blas, en su Ermita, en su plaza, en su honor.
Si revisamos el programa de actos, es fácil comprobar que nuestro patrón tiene su espacio protagonista durante los cinco días de celebración. El día 1 le saludamos en la Retreta y entonces comienza la Fiesta, el día 2 lo acompañamos con salvas de arcabucería desde su Ermita hasta la Iglesia de la Asunción, para mí el mejor momento de las Fiestas. Ni que decir tiene que el día 3 San Blas es el protagonista absoluto, con la Misa y Procesión. El día 4 volvemos con él hasta su Ermita, nuevamente con disparos de arcabuz, y el día 5 le damos gracias en la Misa por la mañana y llevamos a cabo el Cambio de Capitanes a mediodía. Quiero enfatizar que todo ante San Blas, en su honor.
Espero que así lo hayáis vivido y que hayáis disfrutado de la experiencia, Capitanías 2019. Y a los cargos festeros de 2020 os deseo que así lo disfrutéis junto a vuestra Capitanía al completo, que estas últimas semanas sean generosas en alegría y que del 1 al 5 de febrero disfrutéis de unos días magníficos, llenos de vivencias que con el tiempo pasen a ser recuerdos imborrables, grandes momentos de vuestras vidas. Así debe ser.
Así debe ser para los Cargos Festeros, refiriéndome a Capitanes, Capitanas y Pajes, pero también a las Reinas, sus Damas de honor y los Sargentos. Os deseo unas magníficas Fiestas, que el tiempo nos acompañe y que, si no lo hace, seamos capaces de disfrutarlas igualmente con alegría por poder hacerlo un año más. Porque nunca sabemos cuándo puede ser el último, pero sí sabemos que algún año ha de serlo. Luego hablaré un poco más sobre esto.
Primero quiero compartir con ustedes unas reflexiones personales sobre la Fiesta, en sentido amplio. Si nos detenemos a reflexionar sobre los diferentes tipos de Fiestas populares existentes, podemos encontrar tres elementos comunes en todas ellas, nos relacionamos con la familia y los amigos más tiempo y de forma más intensa. Comemos y bebemos mucho más de lo habitual. Sirven de vínculo de unión y relación entre las personas que participan, y de acogida para invitados y visitantes.
Vamos a ver cómo encaja esta afirmación dentro de este pregón sajeño
Empezando por el primer elemento común, relacionarnos con la familia y los amigos más tiempo y de forma más intensa, todas las personas de Sax, y especialmente las que son festeras, podrán corroborar que llegamos al último día de las Fiestas con la sensación de haber vivido más de cinco días. No sólo por las secuelas físicas, que también. Esta sensación es debida a la gran intensidad de emociones que acumulamos durante cinco días en los que abandonamos nuestras rutinas personales y profesionales, y nos dedicamos a eso: a convivir durante más tiempo.
Qué importante es la familia como elemento de transmisión generacional de nuestras tradiciones. Cuidémosla, recordemos que nuestra vida es pasajera y que un día no estarán en este mundo. Las personas que ya no están con nosotros nos recuerdan que no hay que desaprovechar las oportunidades de disfrutar, de convivir, de expresar emociones y sentimientos, de dedicarles tiempo y cariño. Cuánto echamos en falta a alguien cuando llegan estas fechas tan señaladas, ¿verdad? Buscamos entonces a San Blas para hacerles llegar estos sentimientos, y seguro que nos ayudará, siempre señala el camino. ¿Pero por qué no hacerlo ya, hoy mismo?
Os animo a que expreséis a vuestros familiares y seres queridos lo importantes que son en vuestras vidas, lo mucho que los queréis, en particular a vuestros abuelos y abuelas, padres y madres. No esperéis a que ya no estén, decírselo ya, ahora, mandarles un mensaje por WhatsApp o, mejor, buscar un hueco mañana para verlos en persona y acompañar ese momento con besos y abrazos. Veréis qué reconfortante resulta, y además es gratis.
Mi padre para mí es un ejemplo de entrega a los demás. También en la Fiesta. Fue cocinero durante 22 años en la Comparsa de Alagoneses, encargándose todos los meses de hacer las previsiones, compras y coordinar a los ayudantes que ha tenido en la cocina. Y cada mes, al colgar el delantal y sentarse en el almuerzo, pagaba el importe del mismo «como todos los socios» -me decía siempre. Por su dedicación a la comparsa, se le concedió hace algo más de un año el título de Socio de Honor. Mi padre ha sido un trabajador del calzado que, junto con mi madre, hizo grandes esfuerzos y sacrificios personales para que sus tres hijos participásemos en las Fiestas de San Blas, con nuestros trajes siempre en perfectas condiciones. Y sus nietas, y nietos. Todos alagoneses. Bueno, uno nos ha salido Turco, de momento, cosas de familia. Cómo brillan sus ojos cuando llega el día 1 de febrero y sus hijos, hijas, nietas y nietos vestimos el traje de alagonés, y el de turco. Todas las personas que son abuelas saben de lo que les estoy hablando, ¿verdad?
Y todo no es paz y armonía en una casa festera, más bien todo lo contrario, pero bendita algarabía la que se monta cuando empezamos a vestirnos el primer día.
A mi madre no le gustan en exceso las Fiestas, en general. En el fragor de la batalla de un día 1 de febrero, preparándonos para la Entrada, en más de una ocasión le he escuchado decir que el año siguiente se va del pueblo. Pero nunca lo ha hecho. Y además se ocupa y preocupa de que lo tengamos todo dispuesto cuando llegan estos días, y desde que llegamos a la edad adulta y volamos del nido, se encarga de recordarnos que hay que revisar las botas, que los nenes han crecido y no tenemos capa de su talla, de recoger el traje de la lavandería, de tejer trajes de lana€ y de esperarnos con nuestros pequeños bebés en la Plaza del Ayuntamiento para que disfrutemos de, hablo en mi caso, uno de los momentos más felices de mi vida: llevar a mi pequeño Miguel en brazos vestido de alagonés por primera vez. Gracias mamá, por darme la vida y por ayudarme a ser un buen festero a tu manera, te quiero.
Siguiendo con la familia, Estela es la mujer por la que me marché de Sax hace casi diecisiete años, por amor. Es festera y con ella es fácil ser festero. Además, ha desempeñado diferentes cargos de responsabilidad en la Fiesta: directiva y presidenta de nuestra Comparsa Duque de Maqueda, secretaria de la Unión de Moros y Cristianos Virgen de las Nieves, y secretaria de la UNDEF, de la que es miembro honorífico. Con Estela como presidenta de nuestra comparsa en Aspé, me inicié en esto de colaborar y dedicar parte de mi tiempo libre a trabajar por la Fiesta. De manera que cuando asumí la presidencia de la Comparsa de Alagoneses, ya tenía mucho aprendido del «trabajo de base»: tareas en el local social para los eventos, preparar aperitivos, llenar cámaras de bebida, atender a músicos, estar en la barra, preparar y presentar actos de homenaje como éste, realizar audiovisuales y, en definitiva, un sinfín de tareas que hay detrás del telón de esta magnífica obra de teatro a la que llamamos Fiesta de Moros y Cristianos.
Y durante sus cargos en la Junta Central de Aspe y en la UNDEF, tuvimos la suerte de conocer muchas otras poblaciones festeras y sus peculiaridades. La Fiesta es una máquina de hacer amigos.
Pero traigo todo esto sobre Estela al pregón para poner en valor el rol de la mujer como motor de la Fiesta, al frente de entidades y ostentando cargos de responsabilidad. Aquí en Sax tenemos también varios ejemplos de mujeres que han desempeñado y desempeñan ese rol, incluso tenemos y hemos tenidos varias alcaldesas. Enhorabuena a todas ellas y sus familias, con conocimiento de causa os digo que la conciliación familiar, laboral y de responsabilidad en la Fiesta requiere de la colaboración, comprensión e implicación de la familia.
Me van a permitir un pero: hacen falta más mujeres en las juntas directivas y cargos de responsabilidad. Ahí lo dejo.
Mis hermanos, siempre en la Fiesta, siempre alagoneses. Para mí han sido un pilar fundamental, con José he crecido y a Mayte la he visto crecer, hasta hemos ganado algún que otro premio con nuestras gachamigas. Y luego llegaron mis sobrinas, que desde bien pequeñas han ido de la mano de su padre y su abuelo. Ahora llegan los sobrinos. Qué buenos años hemos pasado, y los que nos quedan. Algún día, dando gracias a San Blas por ello, algunos de nosotros estarán en este escenario como Capitanes, espero que con nuestro padre como Capitán oficial.
Sin embargo, hay un momento en el proceso de madurez de las personas en el que la familia pasa a un plano secundario, y es el grupo de iguales el que pesa más en nuestras decisiones, preocupaciones y quehaceres de adolescencia y primera juventud. Hablamos ahora del grupo de amigos.
Con los amigos aprendemos otras formas de entender la Fiesta distintas a las que hemos aprendido en casa, nos enriquecemos de las experiencias de otras familias, aprendemos a convivir y a querernos con las diferencias que nos unen.
El que esta noche os habla siempre afirma que, después de la familia, el mayor tesoro de una persona son sus amigos. Esas personas con las que eres tú mismo. Seas de la comparsa que seas.
Mi cuartelillo es El Tirico, y es un claro ejemplo de cómo en las Fiestas convivimos mucho más tiempo y de forma más intensa. Hemos vivido tantas experiencias juntos que, si las sumásemos, el resultado sería de varios años, seguro. Las personas somos el resultado de estas experiencias con los amigos, la familia y otros círculos de relación.
Hoy en día, alcanzada la edad adulta, la mayoría somos parejas con hijos y es a ellos a quienes dedicamos mucho más tiempo. Se cierra el círculo y se abre otro nuevo. Ocupamos el rol de padres y somos ahora los responsables de trasmitir a estos pequeños festeros nuestra tradición.
Los que se encuentren en esta etapa de la vida, como es mi caso, recuerden el consejo que daba al comienzo del pregón para con nuestros mayores. Y añado otro ejercicio para llevar a casa: pregunten a los niños de su familia o de su círculo de amistades «¿qué es lo que más te gusta de las Fiestas de San Blas?». Les sorprenderán las respuestas. ¿Quieren que les cuente qué me respondió mi hijo? Mi hijo Miguel me respondió que lo que más le gusta es estar con sus amigos, Daniel y Arturo.
La segunda característica o elemento común en todas las Fiestas populares es que comemos y bebemos mucho más de lo habitual. Esto también es indiscutible. En Sax iniciamos los cinco días de Fiesta con suculentos almuerzos que nos aportan energía, y tenemos platos típicos que en muchas casas y cuartelillos coinciden cada día: arroces, gazpachos, caldo con pelota y cocido, por citar algunos. Acompañados de buenos vinos. Y cómo no, las pastas típicas que están presentes en todas las mesas junto a mistelas y otros licores. Pero seguro que las personas que estén escuchando este pregón en otras poblaciones estarán pensando que esa misma descripción es aplicable a su pueblo, a sus Fiestas. Es como decía, un elemento común en todas ellas.
No sabría decantarme en este momento por alguno de estos platos que he nombrado. Pero sin duda mis pastas favoritas son los almendrados de mi padre y los cañones de «la Paqui», madre de uno de mis amigos de toda la vida, Joaquín.
Sólo añadiré en este punto una llamada a la moderación en el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente a los más jóvenes. Es verdad que si te pasas te lo pierdes.
Y, por último, el tercer elemento común a toda Fiesta popular es que sirven de vínculo de unión y relación entre las personas que participan, y de acogida para invitados y visitantes.
Hace unos años conocí la palabra «Ubuntu», utilizada por Nelson Mandela, una regla ética que puede traducirse como «yo soy porque nosotros somos» o «el bien común es el bien propio». Nos contaban entonces cómo un grupo de niños, llamados a competir en una carrera para llevarse un premio en especie, comida, decidieron llegar juntos de la mano a la meta y repartir los alimentos entre todos.
Las Fiestas de San Blas refuerzan nuestro sentimiento de pertenencia a este grupo humano que es el pueblo de Sax, a nuestra comparsa, a nuestros círculos. Nos identificamos como parte de algo. Nos identificamos y nos identifican, porque es muy común decir que tal persona pertenece a esta comparsa o a aquel cuartelillo, cuando tratamos de explicar quién es.
En estos grupos humanos surgen fuertes vínculos de pertenencia y relaciones interpersonales. Se comparten valores e intereses comunes: celebrar la festividad de nuestro patrón, mantener nuestras tradiciones.
Algo común a la gran mayoría de poblaciones festeras, incluida la función de acogida de personas visitantes de otras poblaciones. Lo que decía anteriormente: una máquina de hacer amistades. En mi caso me ha llevado a grandes momentos de convivencia, por ejemplo, con hermanos de Alagón, Almogávares de Villena, Caballeros de Cardona o la Comisión de Embajadas de la Unión de Festejos de Petrer. Fortuna favorable.
Soy un firme defensor de fomentar estas relaciones y de la unión entre poblaciones, a través de la UNDEF, ya que nos enriquecen y nos dan la fuerza que necesitamos. Lo fundamental es respetar las singularidades de la Fiesta de cada población.
No voy a extenderme más en este último elemento común a todas las Fiestas populares, pero sí voy a utilizarlo como nexo de unión con la siguiente parte del pregón, donde quiero destacar el papel fundamental de las personas en las entidades festeras.
Las Fiestas de San Blas, las que celebramos del 1 al 5 de febrero, así como los actos de todo el año, ni se organizan solas ni hay una empresa a la que paguemos por «montarnos el sarao». Detrás de cada actividad hay personas, que se encargan de organizarlas y conseguir los medios necesarios. Por supuesto que el Ayuntamiento es parte fundamental en ello, junto con Policía Local, Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil y otros servicios municipales, sanitarios o incluso educativos. Por supuesto también que, siendo una Fiesta religiosa, la Iglesia tiene un papel fundamental. Pero hoy y aquí quiero destacar la gran labor que se realiza por parte de la Mayordomía de San Blas y las ocho Comparsas, así como por parte de los Amigos de San Blas en su parcela.
Cada entidad tiene su función y su papel para que, cuando se levante el telón, la obra sea digna de aplauso. Y las componen personas que dedican su tiempo a trabajar por la Fiesta: juntas directivas, alcaldes de Fiestas, embajadores, delegados, mayordomos, censores de cuentas. Es necesario que tengamos empatía y respeto hacia estas personas, que sacrifican su tiempo libre y días de Fiesta para que las demás disfrutemos. La base fundamental de las relaciones humanas es el respeto.
Por favor, no caigamos en el rol de clientes, no caigamos en el «pago y tengo derecho». Por supuesto que pagamos unas cuotas y derramas, pero ello nos da derechos y obligaciones. Es fundamental la participación en los asuntos de la Comparsa. Enseñemos y contagiamos el valor de disfrutar ayudando a los demás a disfrutar, siendo partícipes y responsables, partícipes y responsables. Porque el día que tengamos que pagar todo lo que hay que hacer durante el año para que la primera nota musical suene en el Puente Picayo y el último cohete de por clausurada la Fiesta, nos costará mucho más.
Entre 2008 y 2012 tuve el honor de servir a mi comparsa y a la Fiesta como presidente. Han oído bien: tuve el honor de servir.
Servir, además de tener una connotación de utilidad para un propósito y fin, es estar al servicio de alguien; y de esa manera asumo mis responsabilidades en mi vida personal y profesional: estando al servicio de los demás.
Una de las cosas más importantes que aprendí durante estos cuatro años es que las diferencias nos hacen crecer, mejorar el fin, que es el mismo. Diferencias de opinión por las que discutí incluso de forma airada con otras personas con las que, hoy en día, puedo afirmar que me une una sincera amistad. Podemos pensar diferente, y además es necesario.
Aunque sin duda, lo mejor que me llevé de esos cuatro años fue la relación que me une para siempre con un montón de personas de mi Junta Directiva. Las Fiestas sirven de vínculo de unión y relación, efectivamente. Cuando terminé esa etapa lo dije públicamente y hoy lo reitero: la insignia de plata que me concedieron como socio de honor lleva simbólicamente el nombre de todas estas personas y les pertenece tanto como a mí. Me permitirán una especial mención aquí a mi amigo José Luis Navalón, ya que aquel paso lo dimos juntos en 2008.
En la recta final de mis años como presidente, recibí uno de los mejores regalos que me han hecho. Mi amigo Inocente González había compuesto el pasodoble titulado «Blas Mataix, presidente alagonés«. Me causa una gran emoción escucharla en las calles de Sax durante las Fiestas de San Blas, o cuando mi hijo la tararea. Muchas gracias Ino y familia alagonesa.
La música es una pieza fundamental de la Fiesta, una condición sine qua non. Qué ricas son nuestras Fiestas en música, en compositores y composiciones propias, así como en Bandas de Música, todas de gran calidad y con un gran mérito añadido por las condiciones climatológicas que nos caracterizan. Enhorabuena y este pregonero ha querido teneros presentes y animaros a seguir manteniendo así de alto el listón de la calidad musical sajeña.
Alagón. Puede que sea el motivo principal por el que pensaron en mí para pregonar estas Fiestas. Quienes me conocen un poco saben de mi amor por el pueblo hermano de Alagón, y mi implicación sin condiciones en todo lo que pueda colaborar para mantener los vínculos de unión iniciados hace cincuenta y cinco años, ya sea a través de la Mayordomía de San Blas, la Comparsa de Alagoneses o la Peña Sajeño Alagonesa.
Pero además de las responsabilidades «institucionales» que me han sido encomendadas por estas entidades o por los Ayuntamientos, para mí Alagón es otro regalo de los que me ha dado la vida en forma de relaciones personales. He tenido el privilegio de compartir mesa, barra, café y tertulia con personas que estuvieron en el inicio del Hermanamiento, como Luis Latorre. Los he escuchado con atención, he recopilado sus experiencias y después he podido colaborar en publicaciones donde el paso del tiempo no podrá borrarlas de la memoria colectiva.
Este año celebramos cincuenta y cinco años del Hermanamiento entre los pueblos de Alagón y Sax. Recibiremos al pueblo hermano aquí y nos desplazaremos a desfilar allí. Las personas que ya habéis participado en estos intercambios sabéis lo bien que se pasa. Y las que todavía no lo habéis hecho, pues os animo a probarlo. Sólo un pequeño consejo basado en la más absoluta experiencia empírica de «ensayo-error»: cuidado con la retreta de Alagón del viernes por la noche, que el sábado se os puede hacer muy largo, sobre todo si participáis en el Desfile.
Permítanme nombrar nuevamente a la Comparsa de Alagoneses en este punto, dado que se llevarán a cabo dos actos muy emotivos en el marco de las próximas Fiestas de septiembre: la reinauguración de la Calle que se nos dedicó por el 50 aniversario, y el nombramiento de la Virgen del Castillo como Capitana perpetua de la Comparsa de Alagoneses.
Alagoneses y Turcos. Turcos y Alagoneses. Qué mayores nos estamos haciendo. 100 años y 50 años respectivamente. Cuántas cosas tenemos que contar y qué año más intenso de celebraciones y actividades nos espera. Porque estas efemérides hay que celebrarlas. Nos ayudan a detenernos en el camino, mirar atrás para aprender, celebrar y agradecer lo andado, pero al mismo tiempo sirven para reflexionar sobre el presente y plantear estrategias de futuro.
Simón, Tito, deseo de corazón que disfrutéis de este año junto con las personas que os acompañan en la organización de las celebraciones, y que al echar la vista atrás el próximo día del Cabildo podáis decir que ha merecido la pena.
El desfile realizado por la Comparsa de Alagoneses la semana pasada fue algo histórico, emotivo, y una gran manifestación de cariño de los pueblos de Sax, Alagón y poblaciones vecinas. La próxima semana se realizará el desfile del centenario de la Comparsa de Turcos, para el que espero y deseo que la respuesta sea como mínimo la misma. Allí estaré desfilando con vosotros. Y estaré igualmente con cualquiera de las otras seis comparsas sajeñas, cuando sea llamado a apoyarles en alguna efeméride o celebración que me requieran. Si era algo que ya tenía claro, hoy lo es más todavía, ya que el cariño recibido hace siete días no se olvida ni en siete vidas. Por mi cabeza pasaron recuerdos leídos en textos manuscritos de Joaquín Barceló Verdú en los inicios de la Comparsa, que creo que a nivel de emociones podrían ser comparables. Vamos a por los cien años, Joaquín, Luis y cuantos creísteis en este proyecto.
Y voy concluyendo.
Hace casi diecisiete años tomé la decisión de marcharme a vivir a Aspé. La proximidad a nuestros puestos de trabajo en ese momento hacía más favorable tal decisión. No voy a decir que fue difícil, me reconozco cierto don para las relaciones interpersonales, hay quien lo llama «buen rollo», y antes de irme ya me había cosechado una gran cantidad de amistades. Pero tampoco fue fácil dejar atrás mis raíces, familia y amigos. Las Fiestas de San Blas han sido y serán para mí esos días en los que regresar al pueblo sí o sí, y las Fiestas de Moros y Cristianos de Aspe, junto a las entidades deportivas en las que participo, o «El día H» dedicado a los Héroes del Silencio, han sido una fuente inagotable de amistades y relaciones humanas. Y allí vive lo mejor que he hecho en mi vida, mi hijo Miguel, espero saber educarle para que sea una buena persona y un buen festero. Te quiero hijo.
Ahora que ya no juego al Baloncesto y me dedico a correr, he comprobado que las metas, incluso las de las maratones, sólo son puntos intermedios, y que lo realmente gratificante está en el camino recorrido previamente. Vicente, Luis, Simón, Jose, Constancio, Tito, Mari Sol y Mari Carmen. Cogeros de la mano junto con José Vicente, como aquellos niños del Ubuntu, y entrar juntos a la meta de esta carrera que son las próximas Fiestas de San Blas.
«Un nuevo sitio disponer, para un amigo más. Un poquitín que os estrechéis, y se podrá sentar. Para eso sirve la amistad, si llega la ocasión». Pues bien, querido pueblo de Sax, la ocasión ha llegado un año más. Moros, Cristianos, Marruecos, Garibaldinos, Turcos, Alagoneses, Árabes Emires y Caballeros de Cardona. Disponed vuestros trajes y vuestras armas para la contienda que nos disponemos a celebrar. Preparad arcabuces y pólvora, no dejemos que se pierda una de nuestras más antiguas tradiciones.
Pueblo de Sax, preparad vuestras casas y cuartelillos para que todo esté dispuesto. Abrazad a vuestros seres queridos, en especial a los mayores, y decirles que los queréis. Enseñar a los niños que ésta es nuestra mejor Fiesta; y enseñarles con el ejemplo cómo se disfruta y honra al mismo tiempo a nuestro patrón San Blas, durante los cinco mejores días del año.
¡Viva Sax y Viva Alagón!
¡Viva San Blas y Viva la Virgen del Castillo!