Las populares “escalericas” de San Blas, que forman una gradería de belleza espectacular, a los pies del castillo y junto a la ermita de San Blas, realizadas en 1928, ocultan en su interior el primer depósito de agua potable, construido para llevar dicho servicio a los domicilios.
Así lo explica Pepe Herrero en su libro “Mis recuerdos. Sax, 1900-1990. Los hechos y las personas”, al hablar de los años de la dictadura de Primo de Rivera, que “trajo consigo la formación de una nueva Corporación Municipal cuyo presidente fue D. Andrés Valdés”. Durante su etapa como alcalde puso en marcha importantes reformas en el urbanismo sajeño, para disminuir los efectos del paro entre los jornaleros, destacando “la instalación del agua corriente en la casi totalidad de las casas; para ello se construyó un depósito en la peña, junto a la ermita, y una red de distribución que recorría gran parte de las calles; este servicio tan primordial se instaló, posteriormente, en otros pueblos del contorno mucho más importantes que el nuestro”.
Las escaleras anteriores a 1928 se habían tallado en la Peña siglos atrás, pero se habían deteriorado con las obras del depósito de agua, por lo que hubo que reconstruirlas, como pone de manifiesto el acta de 19 de mayo de 1928: “El señor alcalde manifiesta que con motivo de la construcción del depósito de agua, las escaleras de la plaza de San Blas se estropearon en parte…”.
El plano fue aprobado por el Ayuntamiento pleno en sesión extraordinaria de 17 de marzo de 1928. El plano está firmado por Juan Martínez, con el visto bueno del alcalde, Andrés Valdés, y del secretario municipal, Casto del Campo.
En el plano, los trazos negros en las calles indican las tuberías colocadas. Y los trazos bermellón indican las tuberías proyectadas.
Calles con trazos negros, donde ya están colocadas las tuberías para el agua potable: Plaza de San Blas, Castillo, Picayo, Puente, Fuente del Cura, Montepío, Aurora, Estribo, Arco, San José, Canalejas, Plaza Cervantes, Cordero, Cantarería, entre otras.