En la relación de ermitas de la Villa de Sax, pertenecientes a la diócesis de Alicante-Orihuela, aparecen las que actualmente de mantienen, como son, la de San Blas, Nuestra Señora de la Soledad, San Pancracio y Santa Eulalia, así como la desaparecida de San Sebastián.
Esta entrañable ermita sajeña de titularidad de la diócesis de Orihuela-Alicante, se hallaba, hasta que fue vendida y derribada en los años setenta, en la Plaza San Sebastián, contigua al Hospital de Santa Barbara, de titularidad municipal.
Se trataba de una sencilla ermita, con cubierta a dos aguas, de planta rectangular, que debió edificarse en los primeros años del siglo XVI. Tal vez fuese una de las ermitas votivas dedicadas a San Sebastián a raíz de la peste de 1507, según se deduce de las relaciones topográficas mandadas hacer por Felipe II en el año 1575, que ya cita la ermita junto a la Villa de Sax.
Esta ermita tuvo diferentes reformas y restauraciones a lo largo de los siglos, y en su interior se veneraba una imagen del santo, que el prestigioso historiador del arte Elías Tormo, atribuyo a Salzillo, esta fue destruida en la guerra civil.
A San Sebastián se le hacia fiestas todos los años en su día, el 20 de enero, como se sigue haciendo en la actualidad, acompañando la procesión del santo con disparos de arcabucería, y convirtiéndose en el anticipo de las fiestas de Moros y Cristianos, que la Villa dedica a San Blas.
La última restauración de la Ermita de San Sebastián antes de su destrucción tuvo lugar en 1945 colocándose una lápida con la siguiente inscripción: “Al excelentísimo Señor Gobernador Civil, Don José María Paternina, en testimonio de agradecimiento, por la restauración de esta Ermita de San Sebastián, costeada a sus expensas, en 1945, el Ayuntamiento, la Parroquia, y el pueblo de Sax. Inaugurada el 20 de enero de 1946”.
En el año 1968, se realizaba una tómbola de beneficencia en la misma ermita, con fecha de 21 de enero.
Esta ermita fue derribada en el año 1971, para sacar fondos y construir con ellos una guardería infantil y un club residencia de ancianos, en el paraje de las Fontanas, un proyecto que no pudo hacerse realidad y que acabó sacrificando una ermita con su larga historia de más de 450 años.
Como dato curioso, esta ermita fue sede de la unión confederal de sindicatos autónomos de ideología anarcosindicalista de España, que estaba adherida a la Confederación Internacional del Trabajo, la llamada CNT, en la época de la guerra civil.