El Museo Arqueológico de Alicante recibió las piezas en noviembre de 2014 en un estado muy deteriorado por la corrosión y el largo período de enterramiento. El conjunto está compuesto por dos pendientes con arandelas y una serie de 32 pequeñas piezas con una perforación en los extremos que, posiblemente, irían cosidas a un velo o a una diadema.
Una vez finalizada la intervención del Laboratorio de Conservación-Restauración del Museo, y para garantizar su eficacia, esta debe complementarse con una adecuación de las condiciones externas de ubicación, manteniendo en todo momento unos parámetros constantes de temperatura, humedad y luz que ralenticen los fenómenos naturales de deterioro y garanticen la estabilidad del objeto.
