Desde nuestra localidad se desplazaban hasta tierras italianas los sajeños Domingo López Fernández y Javier Bernabé Bernabéu, acompañados por sus esposas, Anto Luna Gil y por Rafa Estevan Román. Este grupo de paisanos se había propuesto un cometido; ascender al Etna, el volcán más activo de Europa, situado en la isla italiana de Sicilia y que se cierne sobre la ciudad de Catania.
El motivo de realizar este viaje fue, según nos cuenta Domingo López, homenajear a José Luis Mataix “El Cano”, fallecido hace unos meses y con quien guardaba una muy estrecha amistad. Domingo embarcó en esta gran empresa a su compañero Javier, quien decidió acompañarle con la misma ilusión.
El ascenso al Etna comenzaba el domingo 22 de septiembre por la cara noroeste, donde se ubicaba el antiguo Refugio Piano Provenzana. Por esta ruta, debido a las últimas erupciones, los senderos estaban muy dañados. Los sajeños divisaban el volcán Etna, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2013, que lucía desafiante con sus 3342 metros de altura. Hay que tener presente que, en realidad, el monte Etna no es sólo un volcán, sino cuatro, con una chimenea principal.
El Etna es uno de los volcanes más activos de Europa, tanto es así que en lo que va de siglo ya ha desatado su furia al menos en seis ocasiones. En el año 1699 una erupción volcánica arrasó gran parte de la ciudad de Catania, lo que muestra la ferocidad, de tanto en tanto, surge de sus entrañas. Recientemente, en el año 2018, el aeropuerto de Catania tuvo que cerrar varias jornadas afectado por una densa nube de humo. Y sin embargo, durante los periodos de letargo queda un paisaje tranquilo, pero abrupto y espectacular.
Como homenaje al amigo desaparecido, el ascenso hasta la cima del Etna tiene una carga simbólica inigualable. La ardiente montaña es uno de los hitos cruciales de la geografía mediterránea, y durante varios milenios ha sido testigo del discurrir de las culturas grecolatinas que han forjado nuestra civilización. El Etna es símbolo de permanencia, como lo es también la memoria hacia los grandes compañeros. Y con ese planteamiento, con el recuerdo bien presente hacia José Luis “el Cano”, que fue un gran amante de la Historia, el ascenso de los sajeños Domingo López Fernández y Javier Bernabé Bernabéu ha sido mucho más que una simple aventura turística.