En la Parroquia existía un reloj en el campanario a finales del siglo XVI, pero en las postrimerías del XVIII, el reloj no funcionaba y era necesario arreglarlo, como vemos en el siguiente informe:
“Alonso López Osorio, vecino de la ciudad de Villena, Maestro de Relogero, digo que abiendo sido llamado por Ilustre Ayuntamiento de esta Villa de Sax a instancia del Síndico Personero de ella, para reconocer el Relox, que dicha Villa tiene en la Iglesia Parrochial de la citada Villa:
Certifico que abiendolo visto y reconocido, está de ningún uso por su mucha antigüedad y pequeñez para poder dar el golpe en las campanas, que dicha Parrochia tiene, y ser la ruedas maiores de dos palmos solamente y necesitarse para dichas campanas que las ruedas mayores sean de dos palmos y medio y las demás piezas a dicha proporción, por lo que siendo el Relox de horas y quartos no pudiéndose aprobechar cosa alguna del dicho Relox, para azerlo nuevo como se a dicho arriba, según mi inteligencia, importa su coste tres mil y quinientos reales vellón, y para que conste donde convenga doy esta certificación que firmo en dicha Villa a 29 de enero de 1779. Alonso López Osorio”.
Como hemos visto, las autoridades sajeñas recurrieron a un relojero de Villena, y es que en la vecina ciudad existían a finales del siglo XVIII dos reputados talleres de relojería, que estuvieron en funcionamiento hasta el primer tercio del siglo XIX, como puso de manifiesto José María Soler: “las menciones más antiguas a la artesanía relojera local datan de 1712, cuando se nombra al mismo Francisco [López] Osorio para que rija el reloj público. Este relojero tenía un taller familiar en la calle El Hilo. Con ellos trabaja el oficial Pedro Navarro Escobar, quien se independiza en 1777, montando un taller propio en la calle La Tercia, cercana a la anterior…”.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Sax encargó en agosto de 1779, por 2.700 reales, el reloj a Pedro Navarro, como prueba la siguiente inscripción en el cuarto del reloj del campanario: “Mº Pedro Navarro Año 1780 a 9 de Febrero”.
In the Parish there was a clock in the bell tower at the end of the 16th century, but at the end of the 18th century, the clock did not work and it was necessary to fix it, as we see in the following report:
“Alonso López Osorio, resident of the city of Villena, Master Clockmaker, I say that having been called by the Illustrious City Council of this Town of Sax at the request of the Ombudsman of it, to inspect the Clock, which said Town has in the Parish Church of said Town:
I certify that having seen and inspected it, it is of no use due to its great antiquity and smallness to be able to strike the bells, which said Parish has, and the largest wheels being only two palms and the need for said bells that the largest wheels be two and a half palms and the other pieces at said proportion, so that the Clock being of hours and quarters, nothing of the said Clock can be used to make it new. As stated above, according to my intelligence, its cost is three thousand five hundred silver coins, and so that it is recorded where appropriate I give this certification that I sign in said Villa on January 29, 1779. Alonso López Osorio”.
As we have seen, the authorities of Villena turned to a watchmaker from Villena, and in the neighboring city there were two renowned watchmaking workshops at the end of the 18th century, which were in operation until the first third of the 19th century, as José María Soler pointed out: “the oldest mentions of local watchmaking craftsmanship date back to 1712, when Francisco [López] Osorio himself was appointed to govern the public clock. This watchmaker had a family workshop on El Hilo Street. The official Pedro Navarro Escobar worked with them, who became independent in 1777, setting up his own workshop on La Tercia Street, close to the previous one…”.
However, in August 1779, the Sax City Council commissioned the clock from Pedro Navarro for 2,700 reales, as evidenced by the following inscription in the clock room of the bell tower: “Mº Pedro Navarro Year 1780 February 9”.
