Con el ingenio y la tradición de antaño, «La Bacalá» regresaba a Sax

por | Feb 10, 2025 | Fiestas

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En el año 2025, se ha reavivado una ancestral tradición vinculada a las festividades de Moros y Cristianos en Sax. «La Bacalá» regresaba a las calles del municipio el pasado jueves 6 de febrero después de más de dos décadas, provocando las risas de los residentes con la intención de asegurar que su existencia perdure.Y es que de no haberse interrumpido, esta edición habría alcanzado el centenario.

Aunque la salida se tenía prevista desde la Gran Vía a la altura del colegio Nuestra Señora del Carmen, el pequeño desfile comenzaba desde el Barrio Hispanoamérica donde un grupo de personas recuperaran un acto tradicional de la villa de Sax puesto en marcha a mediados de 1920, relacionado con las fiestas de Moros y Cristianos y que llevaba más de dos décadas sin realizarse.

Al llegar a la plaza Cervantes, se daba inicio a este evento tan divertido y original, desde el balcón de una casa particular, pues los permisos del castillo de embajadas no estaban claros.

Este evento fue suspendido en el año 1999 debido a que se cruzaron ciertas líneas, algo que se ha garantizado que no se repetirá. La intención es que las personas a las que se les hace referencia en «la Bacalá» lo tomes con humor; sin embargo, si en cambio se sienten agraviados o menospreciados, entonces esa no es la dirección adecuada.

100 años de historia de La Bacalá en Sax.

En la revista de fiestas de 1954 tras el programa oficial del 1 al 5 de febrero se publicaba este anuncio para el llamado día después, “pasaron las fiestas cesaron las danzas los cuerpos cansados reanudan la marcha, aún quedan resabios hay quien se revela la miel en los labios y sin una tela, ¿qué haremos entonces llegado el día seis? batadar y jolgorio si así lo queréis«, y lo firmaba la comisión de la Bacalá, que añadía en su anuncio, “Vecinos no faltéis a los descacharrantes actos de este día, tradición, solera, tipismo, resistencia y buen humor en el 26 aniversario de esta simpática fiesta, nuestras bodas de corcho”.

Si nos basamos en este anuncio podremos concluir que la Bacalá se venía realizando desde el año 1928, o desde 1925 si descontamos los tres años de la guerra civil, en los que no hubo fiesta. Y en el año 1925 fue el año en el que se inauguró el castillo de madera para las embajadas de verdad, es decir; la embajada burlona se realizó de forma continua durante buena parte de los años 20 y 30, así como en la postguerra.

Se demostraba así que incluso en aquella época tan dura la fiesta tenía un gran componente de diversión, y que pese a todas las dificultades económicas e incluso políticas, nunca faltaron las ganas del jolgorio más intenso.

En realidad, en la tradicional fiesta de San Blas, nunca falta ese ingrediente burlesco o carnavalesco, de inversión social y alegría desatada. Como ocurría en otros lugares, y puede verse en fiestas tan tradicionales como las de Biar, durante el siglo XIX y los comienzos del XX lo carnavalesco se daba en plenos actos oficiales, tal y como se comprueba con el cortejo de disfraces cómicos que acompañaba a la Mahoma, justo detrás de la comparsa de Moros.

Como es sabido además de los testimonios de los antiguos festeros, se puede ver en las antiguas fotografías, incluso cuando tocaba según el calendario lunar, en Sax no había ningún complejo en celebrar al mismo tiempo fiestas de San Blas y los mismos carnavales. La Bacalá fue el mejor exponente de aquella falta de complejos, a la hora de hacer farsas burlonas, que aportan el imprescindible ingrediente de la diversión al conjunto de las fiestas patronales.

A partir de los años 1920, la fiesta de San Blas creció y adquirió la forma definitiva que hemos conocido hasta la actualidad, abandonando algunos gestuales antiguos, como el cortejo cómico de la Mahoma. En 1925 se construyó un nuevo castillo de madera para las embajadas, y muy posiblemente fue a partir de ese momento cuando nació la Bacalá, que comenzó hacerse por una comisión o grupo de amigos muy jóvenes, algunos de ellos; Joaquín Juan García “García, el guitarro”, Luis Estevan Carrión “el blanco”, Antonio Sánchez Maestre “el zorro”, Francisco Chico Gil “el tito”, Salvador Estevan Herrero “pichón el de la fonda”, José Colomer Muñoz “el carbonero”, Rafael Valera Barceló ”el jabonero”, Alfonso Benítez Navarro “el tío jumillano”, Antonio Ortín Molina “el tío traca” y una única mujer, Josefa Ganga Valdés “la ancheleta”.

Se trataba de gente respetable pero que llegado el día organizaban su día, que era una auténtica fiesta dentro de la fiesta de San Blas, y en la que se desataba la sátira, todo de manera muy chistosa, con disfraces muy ocurrentes y atrevidos, para la época. Ya en aquellos años los hombres se travestían de mujer con disfraces de famosas artistas exóticas como Carmen Miranda.

El día de la Bacalá, era en realidad el día de fiesta de aquella comisión organizadora, que se juntaba bien temprano para ajustar los textos, a falta de cuartelillos organizaban las comidas en los corrales, pero ellos solos al margen de sus familias. En realidad vistas con perspectiva tanto la estética como  las críticas que componían la Bacalá de la postguerra eran bastante fuertes para la época de vez en cuando se repetían los problemas con la autoridad pública, como el alcalde o bien alguno de los vecinos con objeto de sátira  que presentaban sus quejas, pero a pesar de ello este acto se hizo de manera continua al menos hasta la segunda mitad de los años 50, a partir de ahí el grupo que la llevaba haciendo décadas se retiró, y ya solo se haría de forma esporádica en algunas ocasiones. A principios de los 70 se volvió a reanudar con un grupo de gente más joven, con los que se contaba con Juan Chico “El Mari” y sus ocurrentes versos. De todas formas, la Bacalá no realizaría de forma continua volviéndose cada vez más esporádica.

En los 90 apareció el acto del día 6 con una nueva remesa de gente joven con muchas ganas de fiesta, con esta etapa bastante más organizada que las anteriores y contando con un buen presupuesto, se puso un punto y aparte a las representaciones de la Bacalá en el siglo XX. El viejo castillo de 1925 fue sustituido por uno nuevo en 1999 y también el silencio se adueñó de las viejas sátiras de nuestra Bacalá.

La Bacalá también tuvo su versión radiofónica, fue el 6 de febrero de 2010 y esta vez desde las ondas de la Radio de Sax, con dos periodistas sajeños, Julia Herrero Antonio Andrés Lorente que, tras la pronta recuperación de unas fiestas intensas, se atrevieron a deleitarnos con mucha gracia de todo lo acontecido en esas fiestas, que esas si fueron las ultimas en que la Bacalá salió a pasear.

In the year 2025, an ancient tradition linked to the Moors and Christians festivities in Sax has been revived. «La Bacalá» returned to the streets of the town last Thursday, February 6, after more than two decades, causing laughter among residents with the intention of ensuring that its existence continues. And if it had not been interrupted, this edition would have reached its centenary.

Although the departure was planned from the Gran Vía at the height of the Nuestra Señora del Carmen school, the small parade began from the Hispanoamérica neighborhood where a group of people recovered a traditional act of the town of Sax launched in the mid-1920s, related to the Moors and Christians festivities and which had not been held for more than two decades.

Upon reaching the Plaza Cervantes, this fun and original event began from the balcony of a private house, since the permits for the embassy castle were not clear.

This event was suspended in 1999 due to certain lines being crossed, something that has been guaranteed not to happen again. The intention is that people who are referred to as «la Bacalá» take it with humour; however, if instead they feel offended or slighted, then that is not the right direction.

100 years of history of La Bacalá in Sax.

In the 1954 festival magazine, after the official programme from 1 to 5 February, this announcement was published for the so-called day after: “the festivities have passed, the dances have ceased, tired bodies have resumed their march, there are still aftertastes, there are those who reveal the honey on their lips and without a cloth, what will we do then when the sixth day comes?” «Bacalao and merrymaking if you want it that way» and it was signed by the Bacalá commission, which added in its announcement, «Neighbours, don’t miss the hilarious events of this day, tradition, character, resistance and good humour on the 26th anniversary of this nice festival, our cork wedding.»

Based on this announcement we can conclude that the Bacalá had been taking place since 1928, or since 1925 if we discount the three years of the civil war, when there was no festival. And in 1925 was the year in which the wooden castle for the real embassies was inaugurated, that is to say; the mocking embassy was held continuously for a good part of the 20s and 30s, as well as in the post-war period.

This showed that even in those hard times the festival had a great deal of fun, and that despite all the economic and even political difficulties, there was never a lack of the desire for the most intense merrymaking.

In fact, in the traditional festival of San Blas, there is never a lack of that burlesque or carnivalesque element, of social investment and unbridled joy. As occurred in other places, and can be seen in festivals as traditional as those of Biar, during the 19th century and the beginning of the 20th century the carnivalesque took place in official events, as can be seen with the procession of comic costumes that accompanied the Mahoma, right behind the Moros group.

As is known, in addition to the testimonies of the old festival-goers, it can be seen in the old photographs, even when it was according to the lunar calendar, in Sax there was no qualms about celebrating the festivals of San Blas and the same carnivals at the same time. The Bacalá was the best example of that lack of complexes, when it came to making mocking farces, which provide the essential ingredient of fun to all patron saint festivities.

From the 1920s onwards, the San Blas festival grew and took on the definitive form that we have known until today, abandoning some old gestures, such as the comic procession of Mahoma. In 1925 a new wooden castle was built for the embassies, and it was very possibly from that moment that the Bacalá was born, which began to be made by a commission or group of very young friends, some of them; Joaquín Juan García “García, the guitar player”, Luis Estevan Carrión “the white one”, Antonio Sánchez Maestre “the fox”, Francisco Chico Gil “the uncle”, Salvador Estevan Herrero “the pigeon from the inn”, José Colomer Muñoz “the coalman”, Rafael Valera Barceló “the soap maker”, Alfonso Benítez Navarro “the uncle from Jumilla”, Antonio Ortín Molina “the uncle traca” and a single woman, Josefa Ganga Valdés “the ancheleta”.

They were respectable people but when the day came they organised their day, which was a real party within the San Blas festival, and in which satire was unleashed, all in a very funny way, with very clever and daring costumes, for the time. Already in those years men dressed up as women with costumes of famous exotic artists such as Carmen Miranda.

The day of the Bacalá was actually the day of celebration of that organizing committee, which met very early to adjust the texts, in the absence of barracks they organized the meals in the corrals, but they were alone outside of their

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