Corría el año 77 y para cualquier chaval de Sax. Los billares del Domi eran el centro de reunión y ocio habitual y no solo adolescentes, pues, también a aquel lugar acudían personas de bastante más edad. Recuerdo los billares, el ping-pong y las primeras máquinas electrónicas que poco a poco desbancaron a los otros juegos. Recuerdo también cómo comprábamos los cigarros a un duro la unidad y también de manera furtiva y, con suerte, ver algunas de las mejores páginas de la revista «Interview»… Y, por supuesto, todo acompañado de una máquina de discos que, al precio de un duro te permitía escoger las canciones que a día de hoy siguen acompañando la banda sonora de toda una generación.
¡Cómo han cambiado los tiempos!
Un día aparecieron por allí un grupo de chavales de nuestra edad y varios adultos, todos uniformados con atuendo paramilitar y con unas boinas verdes que llamaron la atención. A partir de aquel día la presencia de aquellas boinas verdes se hizo más frecuente hasta el punto en que los chavales empezamos a socializar. Así fue como conocí a Miguel, un alicantino de mi edad con el que compartí largas partidas de» comecocos». Yo le preguntaba mucho sobre las actividades del grupo y él me contaba incontables aventuras y actividades que hacían el grupo tales como tirolina, escalada, campamento. Etc. El último día que lo vi me habló del Jefe… Era el tipo alto que jugaba al billar, se llamaba Eddie y a él se refirió como alguien muy especial, en realidad, un extraterrestre con poderes sobrenaturales. Para mí, la imagen que tenía de un extraterrestre difería mucho del tipo alto que jugaba al billar. Por lo que aquello que me dijo me sonó más a una broma o uno de esos juegos que hacían en sus campamentos.
Ocho años después, ojeando “Interview”, – que a diferencia de entonces ahora sí que leía- quedé atónito al ver el escándalo que Eduardo Gonzales Arenas, alias Eddie, el tipo que jugaba en los billares del Domi, y a sus lugartenientes habían protagonizado durante años en la llamada secta «Edelweiss» una de las más peligrosas que ha dado la historia negra de este país.: No daba crédito.
Leía con una mezcla de sorpresa y estupor. Que se trataba de una secta que preconizaba las relaciones homosexuales entre adultos y menores como medio de perfeccionamiento y una manera de vivir que, según Eddy, El tipo alto que jugaba al billar, oriundo del planeta Delhaiss, donde serían trasladados los elegidos que hubieran completado el aprendizaje y así, escapar a la hecatombe nuclear que se cernía sobre los terrícolas.
Eddie, fue condenado a 168 años de prisión de los solo cumplió 6, ya que obtuvo un cúmulo de beneficios del antiguo código penal español unido a buen comportamiento. Por lo que salió de rejas el 3 de Septiembre de 1998. Poco después, fue degollado por un muchacho de 17 años que quizá no se creyó su origen extraterrestre.
PD: Un saludo, Miguel, donde quiera que estés
