Andrés Brito, periodista con casi 30 años dedicados al mundo de la comunicación, es licenciado en Teología y profesor de Antropología Educativa en el Centro de Estudios Teológicos de Tenerife. Además es doctor en Ciencias de la Información y su tesis doctoral versó sobre el tratamiento informativo que se ha dado a la reliquia religiosa.
Brito, Delegado en Canarias del Centro Español de Sindonología, nos dio una magistral conferencia muy visual, que no dejó a nadie indiferente y que sensibilizó todos los corazones de los asistentes. Un compendio con unas 250 imágenes a lo largo de 90 minutos de las investigaciones más importantes que se han llevado a cabo sobre la Síndone en el último siglo.
Presentando la historia del Sudario (Síndone) de Turín, después una exposición de lo encontrado por la ciencia en la Síndone, hallazgos que rebaten la determinación errónea de Carbono 14 y al final nos habló de milagros…! Fue el pasado martes 27 de marzo, con un templo parroquial a rebosar de sajeños y foraneos que no quisieron perderse esta estupenda conferencia.
Expuesta por primera vez en una pequeña iglesia de la diócesis francesa de Troyes, en 1357, la Sábana Santa es la reliquia cristiana más importante y enigmática que existe. Sobre ella llevan debatiendo durante siglos teólogos, científicos, historiadores e investigadores, sin que se haya podido determinar con certeza a quién pertenecen las marcas y traumas físicos que quedaron grabados para siempre en aquel sudario de lino.
El Sudario de Turín, también conocido como la Síndone, la Sábana Santa o el Santo Sudario, es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión. Se encuentra ubicada en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).
El sudario mide 436 por 113 centímetros. Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre científicos, teólogos, historiadores e investigadores. Algunos sostienen que el sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que el rostro que aparece es el suyo. Otros afirman que este objeto fue creado en la Edad Media.