El picayo, pasodoble a pie parado de la comparsa de Cristianos, sus banderines al hombro y la solemnidad de este acto para los festeros de una de las comparsas decanas de la fiesta, da el pistoletazo de salida a este acto tan entrañable para todas las comparsas, festeros y pueblo en general que siguen esta tradición. Las comparsas siguiendo el orden establecido, también realizaron su particular retreta, cada una a su manera, pero siempre siguiendo las directrices que marcan la tradición. Ahora sí que Sax está en fiestas.