15 años llevan esperando los guardias a que se construya la nueva Comandancia sin que nadie en la DGGC haya movido un dedo y las consecuencias de esta dejadez son las filtraciones de agua, como consecuencia de las lluvias, que ha llevado a desalojar parte de las unidades. Entre estos desalojos se encuentra el de los vestuarios de las agentes que ahora tienen que cambiarse en medio de ruedas, tuercas, hidráulicos, etc., con riesgo a que se pueda producir una caída y a ser interrumpidas cuando se están cambiando y en ropa interior.
Desde AEGC llevamos muchos años avisando del mal estado de la Comandancia, de la necesidad urgente de edificar la nueva, para la que ya están los terrenos esperando, y al final nos ha cogido el toro y ahora los riesgos son aún mayores, pagando las consecuencias nuestras compañeras.
Esto los guardias lo veíamos venir, pero las máximas responsables de la Guardia Civil, las ex directoras, no lo vieron o estuvieron mirando casi cuatro años para otro lado. Y no lo entendemos porque estos últimos años se han encargado de vender la apuesta de la DGGC por incrementar las inversiones en políticas de igualdad ¿qué mayor igualdad puede haber que destinar a vestuario femenino unas instalaciones dignas, seguras y sin riesgo a que un compañero, accidentalmente, las pueda ver en ropa interior? ¿En qué cabeza cabe que un almacén de piezas de repuesto para coches pueda ser el lugar más idóneo para montar un vestuario femenino? ¿sin un baño cerca? En AEGC estamos habituados a la inoperancia desde la DGGC en la toma de decisiones que tienen que ver con mejorar las condiciones laborales de los y las agentes, pero lo que está ocurriendo en la Comandancia de Alicante ha ido más allá.
En todos estos años desde la DGGC se ha malgastado presupuesto en obras no necesarias como un museo, que bien podían esperar y destinar esas ingentes cantidades económicas a necesidades más urgentes como esta Comandancia que lleva esperando a que alguien se ponga manos a la obra. Pero en esta Institución todo se deja para cuando ya no hay tiempo, como ocurre ahora, y son los guardias civiles, y este caso nuestras compañeras, las que pagan las consecuencias.