À Punt busca relanzar su audiencia retomando el gran éxito de Canal 9, ocho años después de su final abrupto. Así es la resurrección de la gran serie que graba sus exteriores en las ruinas de la Colonia de Santa Eulalia de Sax.
La vuelta del rodaje de la serie a la Colonia, y el gran escaparate que volverá a ser la televisión, ha puesto de nuevo en el mapa de la actualidad este enclave en nuestra zona, que sigue acusando el deterioro en algunos de sus edificios, considerados históricos por cuanto forman parte de la arquitectura industrial del siglo XIX y primeros años del XX que se encuentran abandonados a su suerte, desde un teatro a varias fábricas, y que al ser de propiedad privada, aún a pesar de haber sido declarado BIC, cuentan con el problema de una difícil actuación con fondos públicos.
El pasado domingo 21 de marzo volvía a la parrilla de la televisión autonómica valenciana, en horario de máxima audiencia el primer capítulo de la nueva temporada de L’Alqueria Blanca, la serie de ficción más exitosa del audiovisual autóctono, que se vio abruptamente interrumpida hace ocho años por el cierre de la antigua Canal 9.
La serie, un retrato de la vida de un pueblo del interior de Alicante a finales de los sesenta, con la relación de dos familias, los Pedreguer y los Falcó, como hilo conductor y unas tramas condimentadas con amor, amistad, codicia y resentimiento, ha vuelto con 18 nuevos episodios, 40 actores, 350 figurantes y un despliegue de medios técnicos ambicioso para el ajustado presupuesto anual del que dispone la cadena pública. Se han invertido 1,8 millones de euros (100.000 euros por capítulo) en la duodécima temporada de esta ficción costumbrista.
El elenco de actores y actrices repite salvo algún cambio, pero ahí siguen Ferran Gadea, Carme Juan, Lola Moltó, Fran Nortes, Iris Lezcano, Joan Gadea, Raquel Escribano, Berna Llobell, Paula Muñoz, Oscar Pastor, Pep Ricart o María Maroto, entre otros. Los guiones, basados en historias cercanas donde se alternan drama y comedia, corren a cargo de Paco López.
Los episodios se han rodado durante la pandemia, con todas las dificultades que eso conlleva: pruebas a todo el equipo y desdoble de la filmación en dos platós para que no se viera interrumpida ante cualquier eventualidad. Sobre todo, en los exteriores que ya buscan otros enclaves que no sean los derruidos edificios de la Colonia de Santa Eulalia.
Recordar que la Colonia de Santa Eulalia, en grave peligro de desaparecer a pesar de ser una joya patrimonial, según la ficha de protección como BIC es un poblado autónomo, situado en Sax, constituido por un conjunto de edificios fabriles (fábrica de alcoholes, de harina), de servicios (administración, teatro, casino, iglesia, correos y telégrafos y estación de ferrocarril derribada), viviendas y palacio, una utopía que fue promovida por A. de Padua y M. de Bertodano en 1898, siendo declarada colonia agrícola de 1ª clase en 1887 y que estuvo en funcionamiento hasta 1925, donde la ordenación se configura en torno a dos plazas rectangulares donde se sitúan las viviendas. En la plaza central se sitúa la iglesia.