Como cada año miles de carretillas llenaron de luz y sonido una de las noches con más sabor a pólvora del año.
Las leyes que cada año prohíben los cohetes sueltos, y que es necesario realizarlo desde el consistorio sajeño, no fueron suficientes para que la tradición sajeña volviese a saltarse a la torera el Tirar Carretillas la Noche de la Virgen de la Asunción.
La cantidad de estos cohetes sueltos fue inferior a los que antaño. Aunque fueron suficientes para convertir en un verdadero infierno, sobre todo, en el centro del casco urbano, donde los comercios y hogares preparaban los parapetos de cada año para proteger de las carretillas borrachas que si ahora están faltas de petardo final, sí que disponen de las paradas que enmascaran las fachadas, algo también tradicional.
Las carretillas o cohetes sueltos o cohetes borrachos, no importa el nombre con las que se las denomine, la cuestión es que estos artefactos tan históricos hacen que esta noche sea mágica, inolvidable, espectacular, diferente… al igual que peligrosa ya que el fuego tiene una presencia importante.
Sax tiene que hacer valer sus costumbres, el fuego forma parte de nuestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestro patrimonio inmaterial y, desde pequeños, muchos y muchas hemos convivido con esa esencia, ese olor a pólvora que llena de aroma nuestro pueblo.
Por muchos edictos y prohibiciones que se inventen, esta es la única forma de darle uso a la pólvora en estas fiestas de verano, pues ya hace años que los fuegos artificiales en honor a la patrona han desaparecido.