Tras una legislatura caótica llega a dos meses para las elecciones la avalancha de proyectos presentados como si no hubiese un mañana.
Presentación de proyectos, proyectos y proyectos, de los cuales nos enteramos a través de los medios de comunicación.
A estas alturas de la feria, nos suena esta liga, competitiva y arriesgada, aún más teniendo en cuenta los tiempos que nos están tocando vivir. Resignación, es lo que toca, las fechas mandan, más de lo mismo.
Arrastramos una legislatura caracterizada por un gobierno local personalista e impulsivo.
La calidad de los servicios públicos a prestar por nuestro ayuntamiento a los ciudadanos, siendo muy suaves, están siendo deficitarios, dónde la concejalía de personal ostentada por la primera edil es máxima responsable.
Llevamos preguntando durante la legislatura, qué proyectos hay para los innumerables inmuebles en mal estado que tiene el ayuntamiento como titular, respuesta, ninguna. Ahora hay soluciones.
Importantes obras por terminar… qué caótico es todo, puro electoralismo. Personajes así, no deberían de ganar elecciones, solo les importa mantener su sillón.
Entre otras propiedades en mal estado, finca El Molino.
Grave deterioro, fácil acceso, peligrosidad y foco de insalubridad durante toda la legislatura… tremendo.
