Junto con las Reales Proclamaciones, las Honras Fúnebres suponen las grandes ceremonias exaltadoras de la Monarquía en el Antiguo Régimen. Un ejemplo es el fallecimiento en Madrid de Luis I en 1724, primogénito de Felipe V y de María Luisa de Saboya. Nació en Madrid en 1707; y en 1709 fue jurado como príncipe de Asturias por las Cortes.

En 1722, a los 15 años, se casó con la princesa francesa Luisa Isabel de Orleans, de 12 años. El 10 de enero de 1724, el rey Felipe V abdicaba en favor de su hijo Luis. A los siete meses de haber ascendido al trono, el monarca murió de viruela en Madrid el 31 de agosto de 1724, con 17 años recién cumplidos. Su padre volvió al trono después de su muerte y la reina viuda Luisa Isabel fue enviada de regreso a Francia,

Su muerte se conoció en Sax el 1 de diciembre de 1724, cuando el teniente de corregidor, Pedro Ochoa Richarte, presentó al Ayuntamiento “… la carta del rey Ntro. Señor (que Dios guarde) muchos y felices años, para aumento desta Monarquía, exaltazion de Ntra. Santa fee Católica, en que se sirve participarnos la muerte tan lastimosa del Sr. Don Luis Primero para toda la Monarquía, en que dize fue su muerte correspondiente, lo que nos sirve de gran consuelo y principalmente abiéndonos dejado gobernando estos reynos a Nro. Rey y Señor natural, su padre, y nosotros, como tan buenos basallos desde luego, incontinente la dicha real carta tenga el debido cumplimiento, echa notoria a este villa, quien acordaron, que para el día sábado dos del corriente se agan, y zelebren las onrras y demás exequias que se previenen y correspondan a semejantes casos con la mayor solemnidad en la Parroquial de Ntra. Señora de la Asunzión desta  M. N. y M. L. Villa de Sax con asistencia de todas las comunidades eclesiásticas… y lo partizipen… al Sr. Dr. Don Pedro Cucarella, Benefiçiado y Cura Propio…”.

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