Cerca de 500 personas han asistido a este encuentro inaugurado por la diputada de Familia y Ciudadanía, Mercedes Alonso, quien ha destacado que, aunque gracias al trabajo de las administraciones públicas y de los distintos ámbitos de la sociedad se ha avanzado mucho para conseguir la igualdad, “aún estamos a años luz de alcanzar una igualdad real”. Entre ellas Fina Navalon, titular de las Concejalías de Servicios Sociales, Igualdad de Género y Participación Ciudadana.
En este sentido, se ha referido a los “micromachismos” que, ha dicho, “son desigualdades invisibles que la sociedad machista nos ha inculcado y que nosotras mismas percibimos como una situación normal”. Por ello, ha insistido en que la educación de los niños, tanto en la escuela como en la familia, es fundamental para hacer frente a estas situaciones.
Tras la inauguración de la jornada, dirigida a profesionales y a cualquier persona interesada en esta materia, la periodista y experta en género y políticas de igualdad Nuria Varela ha sido la encargada de ofrecer la conferencia “Micromachismos, la violencia invisible”.
Según ha explicado, los micromachismos “son una forma de violencia que deja mucha huella”. Este concepto, acuñado por el psicoterapeuta Luis Bonino en 1990, pone de manifiesto la existencia de maniobras cotidianas que el hombre realiza para reafirmar el dominio sobre su pareja.
“En los últimos años este concepto ha salido del ámbito de lo personal para pasar a lo público”, ha señalado Varela, quien ha añadido que en la actualidad y en sociedades modernas y democráticas “sigue existiendo la desigualdad porque no hay ni un solo indicador que hable de igualdad en ningún ámbito o esfera social (representación política, brecha salarial, tasas de paro….)”.
En este sentido, ha explicado que esta situación responde a lo que se denomina “patriarcado de consentimiento”, que se da en sociedades formalmente igualitarias donde las leyes castigan las desigualdades pero éstas perviven a través de “micromachismos”. “El nombre de micromachismo nace del término de micropoder, que no se refiere a poca cosa, sino a que son casi imperceptibles, prácticamente invisibles; son muy pequeños pero tremendamente dañiños”, ha señalado.
Estas desigualdades, ha explicado, no se sustentan en la fuerza sino a través de diferentes estrategias manipulativas que se usan diariamente y que se aceptan de manera natural. “El éxito de la desigualdad reside en que todos la sociedad ha naturalizado los privilegios masculinos”, ha incidido Varela, quien ha puesto como ejemplo que los hijos lleven primero el apellido del padre o que deban ser las mujeres las que recorten sus libertades para evitar ser víctimas de una agresión sexual.
La jornada ha contado, además, con otros ponentes como el médico psicoterapeuta Antonio Ríos, quien ha hablado de la importancia de la educación y la prevención en el ámbito familiar para hacer frente a los micromachismos.