El pasado 17 de mayo el biólogo sajeño recibía su diploma acreditativo como Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España en la sección de Ciencias Naturales.
Antes de recibir su galardón, Fernando Tomás Maestre Gil impartía una conferencia titulada «Claves para luchar contra la desertificación y adaptar las zonas áridas al cambio climático«, donde el biólogo sajeño explicaba la importancia que tienen los ecosistemas áridos y su biodiversidad para el bienestar de la sociedad. Además, mostraba a los asistentes algunos de los hallazgos que ha obtenido junto a su grupo de investigación en la última década. El cambio climático hace referencia a la variación a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos del planeta, atribuida principalmente a la actividad humana, en especial, al uso de combustibles fósiles.
La charla se centró en la problemática de la desertización, en que consiste este fenómeno, cuáles son las principales causas de la desertificación de nuestro territorio, y puso especial énfasis en las actividades humanas, sobre todo en la agricultura intensiva de regadío y se aportaban consejos para luchar contra la desertización y como adaptarnos a los efectos sobre el cambio climático.
La desertificación no es imparable, pero sí está avanzando muy rápido. Es un proceso de degradación de la tierra vinculado tanto a variaciones climáticas como a actividades humanas inadecuadas, como la sobreexplotación de los acuíferos, la extracción de leña y el sobrepastoreo, y cuando se superan determinados umbrales el sistema se desertifica. Pero debido a que las acciones humanas juegan un papel fundamental en el avance de la desertificación, esta se puede controlar explotando los recursos naturales de manera sostenible. Y aunque admite que el cambio climático está favoreciendo que los ecosistemas áridos sean más proclives a sufrir desertificación, advierte de que en España las actividades humanas son su principal motor y por eso es hasta cierto punto controlable. Si no cambiamos nos espera una Tierra más caliente y eso tendrá consecuencias muy importantes.