Se trata de un pequeño pozo urbano de planta circular, excavado en la ladera Norte del Castillo de Sax.
Esta estructura de este Bien de Relevancia Local fue construida en el año 1702, por lo que este año cumple la friolera de 320 años, siendo superado en edad por pocos edificios en Sax.
Tras nuestro artículo en junio de 2022, parece ser que ha calado en nuestros políticos y se pretende poner en valor este edificio que ya cumple su más de trescientos años en nuestra localidad, nunca es tarde, señores políticos, nunca.
Se trata de una construcción de forma cilíndrica con dos aperturas, encontrando la superior directamente es la cúpula y donde se encontraba una puerta de madera chapada en metal. La otra puerta se localizaba en la parte inferior y daba acceso a un túnel antes de llegar a la cámara donde se tenía almacenado el hielo.
La construcción del nevero se le atribuye a Lorenzo Carrión como parte de una empresa con la intención de almacenar la nieve del invierno para fabricar hielo y comercializarlo en verano. Para ello eligió excavar el pozo en la parte de la umbría de la Peña del castillo, lugar en el que tarda más en llegar la luz y el calor del sol y que ayudaría a conservar en mejores condiciones el hielo.
La puerta superior parece ser original, aunque hoy en día está revestida de una plancha de hierro y una reja. Fue utilizado para el abasto local de hielo, aunque sus excedentes se vendían en poblaciones vecinas.
Las características de este nevero lo hicieron idóneo para dar servicio a los vecinos de la villa de Sax en el siglo XVIII, suponiéndole una capacidad productiva de 250 metros cúbicos. La importancia de este edificio lo convierten en uno de los representantes del patrimonio industrial relacionado con el agua en toda la provincia de Alicante, además de encontrarse en muchos países alrededor del mar Mediterráneo ejemplos como este.
El hielo que se “fabricaba” en este pozo se utilizaba para diversas cuestiones como, el transporte del pescado, la conservación de los alimentos, rebajar la fiebre y las inflamaciones, enfriar el agua o el vino y para la fabricación de helados y sorbetes, entre otros.
La nieve era recogida con capazos en las cercanías del pozo. La nieve se tiraba al interior del pozo, allí se pisaba, al ritmo de canciones de la época.
Cuando la nieve alcanzaba un grosor determinado se aislaba de la siguiente capa por medio de paja o de cáscara de arroz. Cuando se acababa de llenar, se ponía una última capa de paja y se cerraban las puertas y ventanas.
Allí se guardaba y en verano se transportaba a los pueblos vecinos en unos moldes de madera que envolvían en mantas y pajas a horas de menor temperatura posible.
En el Sax se vendían y con ellas se disfrutaba (por medio de helados y sorbetes) o bien servían para curar y para mantener los alimentos frescos.
En 1970, el propio Ayuntamiento reestructuró el edificio de este Bien de Relevancia Local para acondicionarlo como Museo Festero. Por desgracia, la excesiva humedad de la zona lo hizo inviable como museo y en posteriormente se utilizó como almacén de herramientas.
El museo festero se construía en la década de los 70 del pasado siglo, y utilizó el pocico de las nieves como parte del museo. Tras el cierre del edificio festero se sellaba este pozo de nieve sin posibilidad alguna de acceder a su interior.
Este nevero de la ladera del castillo de Sax, que cumple su 320 aniversario de construcción, lleva ya 50 años sellado.
Como otros edificios de Sax, es lamentable que no se esté aprovechando las enormes posibilidades de este elemento patrimonial a la hora de promocionar turísticamente el municipio del Alto Vinalopó. Y más cuando se trata del único castillo junto al de Biar que cuenta con un nevero dentro de su entorno.