La crisis económica ha convertido a muchos ciudadanos de la comarca que vivían tranquilamente en su hogar en nómadas de ciudad dispuestos a ocupar cualquier tipo de espacio urbano donde puedan descansar junto a las pocas cosas que les han quedado en propiedad. Irse a vivir debajo de un puente ya no es una frase hecha.
Hoy mismo se puede ver como unas personas se ha instalado bajo el puente de la línea Alicante – Madrid con unos colchones que solo visita para pasar la noche mientras el resto del día trata de buscarse la vida. Estos inquilino, son para los vecinos del entorno uno más de ellos, aunque conozcan poco de ellos, solo que “van y vienen” durante el día a su hogar improvisado.